Hubo un tiempo que el pastel del
mercado de las consolas se partía en tan solo 2 pedazos. Estaban
peleando por el favor de los compradores dos marcas, en una sociedad
diferente a la de ahora, con un target también distinto del actual.
Corrían finales de la gloriosa década de los ´80 y principios de
los ´90. En televisión, primero “V” y luego “El Equipo A”
partían la pana.
Aún no habían llegado las cadenas
privadas, y teníamos a disposición del espectador tan sólo 2
canales, TVE1 y La2. Ciertas comunidades autónomas disponían de
mayor variedad de canales gracias a las autonómicas. Y en concreto
mi caso, en Irún, frontera con Francia, recibíamos emisiones de las
3 cadenas que entonces campaban en Francia.
Jugábamos a la peonza en el recreo,
cromos, fútbol y en dichos recreos se libraban cruentas guerras de
marcas de consolas.
Estaban los simpatizantes de Mario,
Castlevania o Zelda, y por otro lado teníamos los adoradores de Alex
Kidd, Sonic o Mickey Mouse en su participación en el memorable
Castle of Illusion de Master System. Dos bandos bien diferenciados,
irreductibles y comprometidos con la infantil (y tan actual) causa de
proclamar a los cuatro vientos que mi sistema es mejor que el de la
competencia. Éramos unos anunciantes con piernas que vendían a
los escépticos las bondades de la consola de turno.
Sí amigos, si
no la vivisteis no sabéis de lo que hablo. La famosa guerra de las
consolas.
Y la verdad que cada uno tenía sus
múltiples y distintas razones por las que una marca superaba a otra.
Y lo mejor de todo era que todos tenían su parte de razón.
Hoy esta práctica se la denomina
Fanboyismo, de hecho cuando a alguien se le tacha de fanboy se hace
de una manera peyorativa. Antes, no. O eras de uno, o eras de otro.
No había lugar para la neutralidad.
Y creo yo que era debido al no tener el
suficiente poder adquisitivo como para tener varios sistemas, y no
sólo eso, sino irlos nutriendo de nuevos títulos en cada
lanzamiento. La segunda mano (o seminuevos, como mienten algunos) ni
se estilaba, ni alcanzaba la magnitud que tiene a día de hoy, capaz
de hacer temblar a la desarrolladora más reputada. Hoy en día el
mercado se compone en gran parte de antiguos gamers ya talluditos,
incluso estabilizados con suficiente poder adquisitivo como para
alimentar su amada afición. Y la industria es consciente de ello, con un público objetivo que ha ido evolucionando a lo largo de la corta
historia de los videojuegos.
Y para muestra un botón. Nintendo
cimentó el éxito de DS y Wii con un público mal denominado
“casual”, gente hasta entonces alejada del mundo de los
videojuegos que, gracias a la accesibilidad de los controles y
experiencias jugables echaban sus vicios a los Wii sports o Brain
Trainning.
Pero voy a dejar de andarme por las
ramas y continuar con lo que hoy toca. El “conflicto” se
recrudeció con la llegada de las hermanas mayores de las 8 bits, la
Mega Drive y la Súper Nintendo, con sus luces y sus sombras. Ambas,
excelentes muestras de grandes juegos exclusivos que fueron quienes
marcaban las diferencias.
Con las cifras de características técnicas
en la mano, los fríos datos objetivos, una superaba a la otra en
gráficos y la otra se llevaba el gato al agua en calidad de bandas sonoras.
Pero los que realmente decantaban la balanza de un lado o de otro a
ojos del afortunado comprador que en aquel entonces dudaba de qué
máquina llevarse a casa eran los Mario, o los Sonic, en definitiva,
los juegos exclusivos de cada plataforma. Difícil elección a la
vista de todos aquellos míticos títulos a disposición de cada
sistema.
A título personal, si bien de
chavalito fui de Sega en posesiones y pensamiento, al hacerme mayor y
adquirir mayor cultura videojueguil, ojalá hubiera podido tener ambos sistemas en el momento álgido de la batalla Sega
versus Nintendo (o viceversa).
Porque fue una
época la mar de prolífica en cuanto a grandes experiencias
jugables, muchos de aquellos títulos continúan siendo la medida con
la que comparar muchos juegos que han ido llegando posteriormente
hasta el día de hoy.
Normalmente, la decisión se tomaba
atendiendo al entorno cercano del jugador, que de este modo y gracias
al intercambio de juegos con amigos, se podía disfrutar de una mayor variedad de títulos.
Además se estilaba mucho también el alquiler en videoclubs,
benditos videoclubs que nos permitían jugar novedades sin tener que
pagar un alto precio por ellas.
El panorama fue cambiando debido al
boom de la primera PlayStation, de la cual ya he hablado en sendos artículos. Acaparó el mercado de tal modo, que se cambió incluso
la manera de hablar en nuestro mundillo utilizando la ya famosa
coletilla de “voy a jugar a la Play”. Pero eso es otra historia,
bien conocida por todos nosotros que la hemos vivido en primera
persona.
Saluti!!!
En mi cole siempre que alguien queria comprarse una consola me pedia consejo a mi. Y no era porque fuera el que mas supiera (que solia ser asi xdd), sino porque probablemente era el unico neutral. Siempre veia lo bueno de todos los sistemas, y si tenia una consola no me autoconvencia de que era mejor que la de la competencia. Al contrario, las miraba con envidia y las queria. A lo mejor no era cosa de ser neutro. Igual es que era un caprichoso. Jajajjaja.
ResponderEliminarPor cierto, no creo que nadie del mundillo dijera eso de voy a jugar a la plei a no ser que de verdad fuera a jugar a la playstation. Xd
Por cierto, y ahora puede que vaya a parecer nintendero, pero todos los que me conocen saben lo que amo a la megadrive... Pero que es eso de que con los datos tecnicos en la mano en los 16 bits una tenia mejores graficos y otra mejor sonido? Con los datos en la mano (bastante sensacionalistas y solo reales hasta cierto punto, la verdad) la snes se llevaba el gato al agua tanto en graficos como en sonido. Y si dejas de ceñirte a datos tecnicos, pues mas de lo mismo. Cualquier juego en ambas consolas se veia mejor en Snes.
EliminarSoy fan de megadrive hasta la medula, pero la realidad es la realidad y punto, y odio cuado se miente. No lo digo por ti ¿Eh? Xdd sino por gente que se empeña en defender lo indefendible.
Para mí la Mega Drive tenía mejor sonido que la Snes, y seguramente los datos técnicos del sonido caigan del lado de la 16 bits de Nintendo, sin embargo y bajo mi opinión los juegos de Mega Drive supieron sacar mejor partido de los medios disponibles, aunque a decir verdad dicha afirmación no está basada en datos técnicos sino en apreciaciones muy personales.
EliminarY muy peronales, diria yo. Xdd
EliminarAsí es... ;)
EliminarSito, ya sé que no eres muy de juegos deportivos, pero los de Electronic Arts en megadrive acostumbraban a ser bastante mejores que en Súper, por mucho que yo no sea muy neutral, no creo que me pueda la pasión en esta afirmación…
EliminarSito, ya sé que no eres muy de juegos deportivos, pero los de Electronic Arts en megadrive acostumbraban a ser bastante mejores que en Súper, por mucho que yo no sea muy neutral, no creo que me pueda la pasión en esta afirmación…
EliminarYo soy de nintendo, vale que también de sega porque de pequeña jugaba al Alex Kid, Sonic, Wonder Boy, etc y me encantan, pero estuve más tiempo al lado de la nes, game boy, snes y Mario me ha acompañado en mi infancia, iba más tranquilo que Sonic, todo sea dicho x'D
ResponderEliminarPero que quede claro que me gustan todas las consolas, aunque algunas en menor medida que otras, ya que me dejo llevar por los juegos, si me gusta el juego la consola también. Soy así, que le vamos a hacer...
Hoy en día tengo todos los sistemas, salvo un Pc gamer, y así puedo jugar exclusivos de un lado y de otro y disfrutar de esta afición que tanto amo.
EliminarYo tuve Master System y luego Mega Drive, las cuales defendía a muerte, sin embargo siempre que tenía oportunidad probaba la "competencia". Y admiraba sus juegazos, si hubiera podido me hubiera hecho con todas.
Gran reportaje a una época donde eras de Sega o de Nintendo. Aunque como siempre yo fui el raro, tuve una Game Gear y una Super Nintendo.
ResponderEliminarAsí que ya puedes decir que conoces a un neutral ;) Como digo, ante todo lo importante es divertirse.
Hoy tu neutralidad sería bien valorada, sin embargo en la época de la famosa batalla habría sido complicado mantenerse al margen de tan infantiles filias y fobias.
EliminarAún recuerdo una publicidad de Nintendo que rezaba así:
"Mientras unos SE GAnan la vida haciendo el fistro...
...Adivina qué gorila llegará a ministro"
Seguro que tu neutralidad te trajo no pocos momentos de disfrute videojueguil...
Viva la diversidad!!
Soy de Nintendo. Viví esa guerra de la que hablas, pero siempre he sido muy pasota como para entrar en ella. Me dedicaba a disfrutar de mi Game Boy primero y mi Nes y Snes después. No tengo ningún problema con Sega, es más, con los años me hice con una Megadrive 2 y disfruté bastante con ella.
ResponderEliminarPero sí, soy nintendero. Qué se le va a hacer.
Yo fui de Sega, y con la edad fui probando todo lo que me perdí de Nintendo en aquella época, lo cual ha hecho que a día de hoy sienta una ligera debilidad por Nintendo.
EliminarEso sí, recuerdo que la guerra fue una época muy divertida de discusiones y debates defendiendo cada uno sus "colores".
Pues de pequeño fui Seguero porque la primera consola que me regalaron fue una Master System y de allí viene mi amor por Sega, si hubiese sido una Nintendo seguramente hubiera sido al revés. Eso sí, por muy Seguero que fuera siempre que iba a casa de amigos Nintenderos flipaba y los envidiaba pero cuando llegaba a casa y veía la Master System o la Mega Drive sabía que tenía las mejores consolas por los gustos que tenía con el catálogo de juegos.
ResponderEliminarDe más mayor me saqué la espinita y también vi los grandes juegos que me perdí de pequeño. Desde entonces no soy ni de Sega (siempre sentiré algo especial por la antigua Sega), ni de Nintendo, ni de Sony, ni de Microsoft; soy de todas donde haya un buen juego para jugar.
Eso sí, en publicidad Sega le daba mil patadas a Nintendo.
Genial entrada.
Conozco tu historia con la gran N, muy similar a la mía, ojalá hubiera podido tenerlas todas como tengo a día de hoy.
EliminarYo también envidiaba en silencio a los de Nintendo, casi siempre codiciamos lo que no tenemos...
Cuando yo era pequeña me regalaron una NES. En ese tiempo no sabía que era la guerra de consolas. Era de los pocos que tenía una consola en el colegio y todos mis compañeros se venían conmigo para que les contara como era eso de tener una consola. Me compraba la "Hobby Consolas" y me la llevaba al cole para fardar con mis colegas. En el patio nos sentábamos todos juntos y yo les explicaba curiosidades y experiencias de esos juegos. Unos años más tarde todo cambió. Mis padres se separaron y me fuí a vivir una temporada con mi padre. Él me regaló una Mega Drive. Recuerdo que alucinaba con ella. Conocí a unos chicos que vivían en el bloque de enfrente y resulta que tenían una Super Nintendo. Aquí empezó mi particular guerra de consolas. Ellos me invitaban a su casa para contarme y hacerme ver la grandeza de la gran "N" y yo hacía lo mismo con mi Mega Drive. Cuando adquiríamos algún título nuevo nos faltaba tiempo para avisarnos y hacer babear al otro. Vaya, una guerra infinita.
ResponderEliminarNadie cedió. Aunque he de reconocer que la Super Nintendo me tenía enamorado, pero por mis principios no iba a ceder. Aún recuerdo aquellas partidas interminables al Killer Instinct en aquella super.
Curiosamente y a pesar de lo que peleaba yo en la famosa guerra por poner por encima mi amada Sega sobre Nintendo, en silencio y en secreto admiraba la Nes y la Super, en las revistas miraba y remiraba los análisis de los juegos de las máquinas de la competencia, y no le hubiera hecho ascos a tener ambos sistemas.
EliminarTú has sido un cruce entre Nes y Mega drive, probando en primera persona las bondades de cada máquina.
Pues que comedida y neutral es toda la gente! jejeje.
ResponderEliminarYo esta guerra si que la viví muy de cerca y además fui un "soldado bastante activo" en ella. De hecho en mi colegio era el pan nuestro de cada día!
A día de hoy poseo todos los sistemas de las 2 compañías (bueno casi todas) y aprendí a valorar y disfrutar de la "otra" compañía, pero en su día la desprecie y desprestigie como el que mas jajaja. Eso si, no voy a decir cual de ellas es la una y cual la "otra".
Gran articulo y espero una continuación pronto ya que este tema tiene mucha tela para cortar.
Hoy la pasión con la que nos batíamos se la lleva el fútbol. Pero es imborrable para mí aquella lucha sin cuartel, aunque admito que admiraba a la competencia en secreto.
EliminarY mucho...
Aunque a día de hoy lo veamos como una tontería, todo tiene una época y vivir estas rivalidades (como las de Coca Cola o Pepsi, Sonic o Mario, Honda o Yamaha, Barça o Madrid, Nocilla o Nutela, Nike o Adidas, Sega o Nintendo, Bollycao o bimbocao…ah no, que nadie era de Bimbocao ;) a veces tiene su gracia, aunque sin tomarlo nunca demasiado en serio.
ResponderEliminarEn la primera guerra de consolas por nuestro país, reconozco que fui muy seguero, y hasta me sentó fatal cuando un par de amigos que también tenían la mega se compraron la Supernintendo, me parecían unos chaqueteros aunque en el fondo envidiaba esos Street Fighter II y Super Soccer de lanzamiento cosa mala!
También reconozco que, con la mega muy exprimida y con muy pocos juegos de PSX (aún no había izado la bandera de las tibias y la calavera), descubrí los primeros emuladores de consola en PC y me enamoré aún más de la Supernintendo (algo que nunca hubiera confesado), de las joyas de su catálogo y de sus inscreibles efectos gráficos y sonido… con el tiempo ha acabado en casa y la disfruto mucho (no tanto como megadrive, pero por el factor sentimental más que otra cosa…)
Como curiosidad, la expresión de “jugar a la play” aplicada a cualquier videojuego yo la recuerdo antes (aunque no tan extendida) con “jugar al nintendo” gracias a la popularidad que adquirió con sus 3 consolas clásicas…aunque en mi casa la expresión más repetida fue algo así como “el niño? Como siempre, jugando a la Sega…” ;)
Un saludo!