Cómo conocí...Nintendo

Saludos retroconsoleros. Hoy me apetece compartir con vosotros mi experiencia personal con una de las grandes firmas dentro del mundo de los videojuegos. Para opinar de algo en concreto es conveniente tener perspectiva, testear para poder hablar, y no solo probar aquello de lo que se conoce, sino incluso probar la competencia para tener, aún más si cabe, una opinión global, de conjunto. Recuerdo a mis 13 años la primera elección de consola, que fue entre la NES y la Master System, decidiéndome por la pequeña de Sega. Influyó bastante la gente de mi entorno, que en su mayoría eran de la Master, lo que nos permitía hacer intercambios para poder jugar a más juegos. También tuvo que ver que en las revistas de la época los gráficos de juegos de Master System se veían más coloridos, lucían más vistosos que en la NES. Dicha elección creó en mi interior un rechazo a casi todo lo que tuviera que ver con la marca de Mario. Y un rechazo irracional, que no sabría justificar.

Quizá tuviera que ver con ello que nunca tuve ninguna consola Nintendo hasta la Game Cube, quizá que en su día y como primera consola decidiera comprarme la Master System en detrimento de la NES. O la necesidad tonta e inmadura de creer que lo propio es mejor que lo ajeno, aunque quizá en secreto envidiemos lo que no tenemos. No fue hasta muchos años después que descubrí Nintendo y sus grandes títulos. Y he de decir que desde entonces todo lo que tenga que ver con la gran N tiene un rincón guardado dentro de mi corazón, y por méritos propios. Tras la Master vinieron Mega Drive, Playstation, Dreamcast, y , por fin, Game Cube, culpable de mi artículo de hoy.

Nintendo plantea lugares, situaciones donde me siento feliz y despreocupado, donde los problemas del día a día no existen. Es un mundo de confetis y colorines, es un mundo donde abundan los buenos sentimientos, el buen rollo. Quizá pueda pecar de infantil, pero ¿acaso las sensaciones relacionadas con nuestra infancia no nos traen aquella alegría de cuando éramos chavales? Conocí Nintendo gracias a una pareja que tenía, digamos que descubrí Nintendo un poco tarde, pero no me arrepiento en absoluto. Mi chica de entonces se hizo con la Game Cube en un pack junto con el Super Mario Sunshine, al cual le añadimos el Resident Evil Remake. Yo ya había disfrutado del RE Director´Cut de PSX , así que al Remake le llevaba siguiendo la pista desde que lo anunciaron. Un juego redondo éste Remake, mejorando el original, con una actualización gráfica que debería ser asignatura obligatoria en los estudios de creación de software. El Super Mario Sunshine me dejó encantado, con una propuesta jugable bastante completa. Un juego variado e innovador dentro de la trayectoria de Super Mario, con unos efectos gráficos que quitaban el hipo, como la representación del mar, o la distorsión por la refracción solar. 2 grandes títulos Only for Nintendo, empezaba a gustarme el cubo.

  

Y tras estos dos bombazos fueron llegando grandísimos títulos: Starfox Aventures, una aventura muy variada, un divertidísimo periplo por el mundo creado por Rare. Mario Party 4, vicios míticos de domingo por la tarde con el universo Nintendo de fondo. Eternal Darkness, quizá, en mi opinión, el más flojo de entre los grandes títulos, y aún así un gran juego. Metroid Prime, una experiencia shooter con tintes pronunciados de aventura de exploración. De éste último recuerdo lo sólido de sus entornos, su constante frame rate y su dificultad, un sobresaliente tremendo, del que incluso se sigue hablado hoy en día.

Empezaba a ver a Nintendo con otros ojos. Ya no me parecían tanto juegos de niños, como prejuzgaba siempre antes de vivir la experiencia Nintendo. El encanto del dicho universo se estaba apoderando de mí, y llegó a mí el Megatón definitivo, el juego que ocupa en solitario mi Top de juegos de todos los tiempos. El The Legend of Zelda: OCARINA of time, así en mayúsculas. Yo nunca tuve la Nintendo64, nunca había jugado ninguno de sus juegos. No probé nunca el Mario , ni el Ocarina ni el Majora´s mask. Y Nintendo había anunciado el esperadísimo Wind Waker para Game Cube, con, atención, una edición especial donde incluía un segundo disco con el Ocarina y el Master Quest. Estaba aburrido de oir a los gamers decir que el Ocarina era lo mejor. Hasta entonces yo tenía endiosado al Final Fantasy VII, y la gente ponía el Ocarina incluso por encima de éste.

 La curiosidad me picaba, y tras una larga espera y mucho hype llegó el día de salida del Wind Waker, por fin cayó en mis manos, y antes de ver el estupendo Cell Shading del Wind Waker quise probar el Ocarina. El tan traído y llevado Ocarina. Lo puse sólo para probarlo, para ver de qué hablaba todo el mundo. Y no pude quitarlo hasta que no lo terminé. Me absorvió de tal manera que, aunque eran gráficos de la generación anterior, era impagable la simpatía que se desprendía en cada detalle del juego, cada mazmorra nueva, cada nuevo objeto que mejoraba mis habilidades, permitiéndome pasar por lugares que me resultaban antes inaccesibles, un conjunto redondo. Cómo amo ese juego, cómo regala al jugador momentos entrañables, cómo se ofrece como poco pretencioso, sus músicas evocadoras... Irremediablemente me convertí en seguidor y admirador de Nintendo. Fué el juego que me hizo postrarme y clavar mis rodillas en el suelo. Decir que terminé el Ocarina con una sonrisa en la boca, fui muy feliz jugándolo, y la felicidad continuó con el sobresaliente Wind Waker, que sin llegar a la excelencia del Ocarina es un juego soberbio y muy recordado.

  

Todo aquello alimentó mi apetito Retro, me dije que si Nintendo me había ganado, merecía la pena probar sus joyas de toda la vida, aquel universo que tan extraño era para mí en el pasado. Y probé aquellos juegos que antes ninguneaba por mi hábito malsano de creer que mis marcas eran la mejores y la competencia poco tenía que ofrecerme. Hoy en día no reniego de ningún sistema, presente o pasado. No juzgo ninguna experiencia jugable sin antes haberla probado, no me cierro ante ninguna marca ni franquicia, lo cual me ofrece una cultura dentro de la industria que me permite no juzgar a priori. Quizá sea muy caro satisfacer mi ansia videojueguil, pero hay hábitos peores y dañinos. Al fin y al cabo no hago daño a nadie.

Al fin y al cabo amo este mundo, y dentro de dicho mundo, Nintendo se sitúa en una posición muy privilegiada. Posición que nadie le ha regalado. Al fin y al cabo, de los 3 grandes fabricantes de hardware, Nintendo es la única que sólo se dedica a hacer videojuegos, y lo llevan haciendo desde hace mucho tiempo. Y por todos es sabido que cuando alguien desempeña un oficio durante muchos años, lo suele hacer bien.

Saludos, retroconsoleros.